EL FUTURO DE LAS PENSIONES
Cuando hablamos de futuro, hablamos de algo incierto e hipotético que no conocemos, pero sí que podemos intuir o ir descubriendo.
Hace años, había mucha natalidad y poca gente a la que pagar pensiones, puesto que la esperanza media de vida era mucho más baja que la de ahora.
La esperanza media de vida ha subido hasta situarse en los 83,33 años, es
decir, unos 18 años después de la jubilación, mientras que la natalidad ha
descendido a una media de 1,33 hijos por mujer.
La esperanza de vida española dentro de 21 años podría superar los 85 años convirtiéndose así en el país con mayor esperanza de vida del planeta.
Que quiere decir esto, que cada vez hay más gente con edad de jubilarse y
cobrar su pensión, pero cada vez hay menos jóvenes para cotizar a la seguridad
social.
¿Qué podemos hacer ante esta situación de desequilibrio, bajamos las pensiones
a los jubilados porque no tenemos dinero ni de donde sacarlo, o les seguimos
dando su pensión subiendo los impuestos a los trabajadores?
Hay varias
soluciones, pero parece extraño pensar en un futuro en el que las pensiones no
existan, sino que cada uno de nosotros tengamos que ahorrar y de ese dinero
formarnos así nuestra jubilación.
La gente joven,
tendremos que empezar a pensar que pasará con nuestro futuro más lejano, sin
saber si quiera, si vamos a llegar a vivirlo.
Ante esta
situación, hay que tener en cuenta otros factores determinantes para nuestra
jubilación como son la tasa de natalidad y la inestabilidad de la economía en
general y del mercado laboral en particular a causa de la pandemia. Si antes de
la Covid-19 las pensiones y su cobro era un tema que preocupaba, pensar ahora
en cómo serán las jubilaciones se traslada a un futuro incierto. Pese a todo,
hay motivos para la esperanza. Diversas reformas sobre un sistema colapsado y
planificar el futuro ayudarían a llegar a esta etapa vital con tranquilidad.
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